Con la llegada del invierno y los días fríos de diciembre, muchas personas experimentan un aumento en el dolor articular. Si bien este fenómeno no afecta a todo el mundo por igual, es común escuchar comentarios como “Me duelen las rodillas cuando hace frío” o “Siento más rigidez en las manos en invierno”. Pero, ¿cuál es la razón detrás de este malestar? En este artículo, desde CECOTEN, centro de traumatología y cirugía ortopédica en Tenerife, te explicamos cómo el frío afecta a tus articulaciones, qué puedes hacer para prevenirlo y mejorar tu calidad de vida.
Causas del dolor articular en invierno
El dolor en las articulaciones durante los meses de invierno puede deberse a varios factores. Aunque la relación exacta entre el frío y el dolor articular aún no se comprende completamente, estas son algunas de las explicaciones más aceptadas:
Cambios en la presión atmosférica
Cuando baja la temperatura, también suele descender la presión barométrica. Este cambio puede provocar que los tejidos del cuerpo, incluidos los que rodean las articulaciones, se expandan ligeramente. Aunque la expansión es mínima, puede ejercer presión sobre los nervios y causar dolor, especialmente en personas con afecciones previas como artrosis o artritis.
Rigidez muscular
El frío hace que los músculos se tensen para conservar el calor corporal. Esto puede generar mayor rigidez en las articulaciones y limitar su movilidad, provocando incomodidad o dolor.
Disminución del flujo sanguíneo
En invierno, el cuerpo redirige el flujo sanguíneo hacia los órganos vitales para mantener la temperatura interna. Como resultado, las extremidades, incluidos los tejidos articulares, reciben menos sangre, lo que puede intensificar la sensación de dolor.
Aumento de la sensibilidad
El frío puede hacer que las terminaciones nerviosas se vuelvan más sensibles, lo que amplifica la percepción del dolor, incluso si no hay un daño estructural significativo.
Articulaciones más afectadas por el frío
No todas las articulaciones son igual de susceptibles al dolor durante el invierno. Aquí te presentamos las más comunes:
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Rodillas: Estas articulaciones soportan gran parte del peso corporal y, si tienes artrosis o lesiones previas, es probable que el frío intensifique el dolor.
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Manos y dedos: Las personas con artritis reumatoide o artrosis suelen experimentar rigidez y dificultad para mover los dedos durante los días fríos.
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Caderas: Debido a su ubicación y función, las caderas también pueden verse afectadas, especialmente en condiciones climáticas húmedas.
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Hombros: Las lesiones previas o el desgaste de esta articulación pueden agravarse con la disminución de temperatura.
Síntomas comunes
El dolor articular relacionado con el frío puede manifestarse de varias maneras. Los síntomas más frecuentes incluyen:
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Dolor constante o intermitente en las articulaciones.
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Sensación de rigidez, especialmente al despertar o después de estar inactivo.
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Inflamación leve en las áreas afectadas.
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Crujidos o chasquidos al mover las articulaciones.
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Reducción en la movilidad o dificultad para realizar ciertas actividades.
Consejos para prevenir y aliviar el dolor articular en invierno
Aunque no podemos controlar el clima, sí podemos adoptar medidas para minimizar su impacto en nuestras articulaciones. Estas son algunas recomendaciones:
Mantente activo
El ejercicio regular ayuda a mantener las articulaciones flexibles y a fortalecer los músculos que las rodean. Opta por actividades de bajo impacto como caminar, nadar o practicar yoga.
Protege tus articulaciones del frío
Usa ropa térmica, guantes y rodilleras para mantener tus articulaciones calientes. Las mantas eléctricas o los parches de calor también pueden ser de ayuda.
Mantén una dieta equilibrada
Incluir alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, como pescado azul, y antioxidantes, como frutas y verduras, puede reducir la inflamación.
Controla tu peso
El exceso de peso aumenta la carga sobre las articulaciones, especialmente en las rodillas, caderas y columna. Mantener un peso saludable puede aliviar el dolor.
Hidratación
Aunque en invierno no sentimos tanta sed, es esencial mantenernos hidratados para preservar la salud de los tejidos articulares.
Consulta a un especialista
Si el dolor persiste o afecta tu calidad de vida, es importante acudir a un especialista en traumatología. En CECOTEN contamos con profesionales especializados en el diagnóstico y tratamiento de patologías articulares.
Conclusión
El dolor articular en invierno es un problema común que puede afectar significativamente tu calidad de vida. Sin embargo, con las estrategias adecuadas y el apoyo de especialistas, es posible prevenir y controlar este malestar. Si notas que tus articulaciones están más sensibles al frío, no dudes en buscar ayuda profesional. En CECOTEN estamos comprometidos con tu salud articular y bienestar general.