La vida útil de una prótesis articular depende de diversos factores, como los materiales utilizados y las características específicas de cada paciente. Aunque no es posible dar una cifra exacta, se estima que una prótesis puede durar entre 15 y 20 años, e incluso hasta 30 años en algunos casos excepcionales.
¿Qué es una articulación?
Las articulaciones son estructuras esenciales del cuerpo humano, donde se unen dos o más huesos para permitir el movimiento. Cada articulación cuenta con cartílago, un material suave que recubre los extremos óseos y facilita movimientos sin fricción ni dolor. Además, está rodeada por una cápsula que contiene líquido sinovial, actuando como lubricante para evitar el desgaste. Músculos y tendones contribuyen a estabilizar la articulación, optimizando su función.
¿Qué es una prótesis articular?
Una prótesis es una solución artificial que reemplaza una articulación dañada. Este avance en cirugía ortopédica, impulsado por ingenieros y especialistas, ha revolucionado la calidad de vida de los pacientes. Por ejemplo, la prótesis total de cadera fue pionera gracias a Sir John Charnley, quien desarrolló técnicas y materiales que hoy son estándar en el campo.
La implantación consiste en sustituir la articulación deteriorada con componentes artificiales que replican sus funciones naturales. Este procedimiento se utiliza principalmente en articulaciones como la cadera y la rodilla.
¿Cuándo es necesaria una prótesis articular?
Se recomienda cuando el dolor y la incapacidad, causados por enfermedades como artrosis o artritis reumatoide, afectan gravemente la calidad de vida. Estas patologías dañan el cartílago articular, lo que lleva a considerar la prótesis tras agotar otros tratamientos.
El diagnóstico se basa en:
- Síntomas del paciente
- Exploración física
- Pruebas de laboratorio y radiografías
Una vez identificado el daño, la prótesis puede ser la solución definitiva para devolver al paciente su movilidad y bienestar.
Procedimientos para prótesis de cadera y rodilla
Estas intervenciones quirúrgicas, realizadas bajo anestesia, sustituyen la articulación dañada por componentes artificiales diseñados para replicar su movimiento.
- Cadera: Se reemplaza la cabeza del fémur con una esfera metálica, complementada por una cúpula plástica en la pelvis.
- Rodilla: Los extremos del fémur y la tibia se sustituyen por piezas protésicas, incluyendo la rótula en la mayoría de los casos.
Los materiales utilizados son metales como acero o titanio, combinados con plásticos altamente resistentes al desgaste. Las prótesis pueden fijarse al hueso con cemento o mediante anclaje directo.
Recuperación tras una prótesis
En general, los pacientes comienzan a movilizarse poco después de la cirugía. La recuperación incluye fisioterapia personalizada y el uso temporal de muletas. Los tiempos de rehabilitación varían según cada caso, pero el objetivo principal es recuperar la movilidad y eliminar el dolor.
Beneficios, riesgos y cuidados
El beneficio principal es la erradicación del dolor, mejorando significativamente la calidad de vida. Sin embargo, existen riesgos como infecciones, luxaciones o desgaste de la prótesis. Es vital seguir las recomendaciones médicas para minimizar complicaciones y prolongar la vida útil de la prótesis.
Consejos para cuidar tu prótesis:
- Deja de fumar.
- Mantén un peso saludable.
- Realiza ejercicio adaptado.
- No faltes a tus revisiones médicas.
- Controla problemas crónicos.
- Prevén infecciones.
- Evita caídas.
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