Los esguinces y torceduras de tobillo son una de las lesiones más habituales de esta articulación, y quienes más suelen sufrirlos son deportistas y gente joven. De hecho, pueden llegar a limitar mucho la movilidad del paciente y ser bastante dolorosos, llegando a necesitar en bastantes ocasiones inmovilizar el tobillo y hacer reposo durante un tiempo. Pero, ¿es lo mismo un esguince que una torcedura? ¿Conoces sus diferencias? ¡Te lo contamos en nuestro blog!
El tobillo es una estructura compleja formada por 26 huesos, 33 articulaciones, más de 100 músculos, ligamentos, tendones, nervios y vasos sanguíneos.
Las patologías que más afectan esta articulación son las traumáticas, (causadas por un golpe o un mal movimiento) frente a las crónicas, (debidas a gestos repetitivos o al desgaste por la edad). Dentro de las patologías traumáticas, las lesiones más comunes son los esguinces (85%), mientras que las fracturas, luxaciones y roturas se dan en menor medida (15%).
¿Es lo mismo una torcedura que un esguince?
No. Aunque comúnmente usamos los dos términos para referirnos al dolor de tobillo, a nivel médico no son lo mismo.
Las torceduras de tobillo pueden llegar a ser muy dolorosas y provocarnos sensación de laxitud y fuerte dolor en la zona, pero no implican una lesión de los ligamentos. Suelen estar causadas por un mal gesto del pie, pero tras unos minutos de descanso, lo más normal es que el dolor desaparezca y podamos caminar con normalidad.
Los esguinces de tobillo, en cambio, siempre implican una lesión de los ligamentos. Además, provocan dolor y laxitud en la articulación, y a menudo van acompañados de inestabilidad articular, hematoma e inflamación.
Grados de esguinces y tipologías
Los esguinces de tobillo pueden ser de tres grados:
- Grado I: estiramiento o distensión sin rotura de fibras o con rotura de menos del 5% de la fibras. Causa dolor, pero permite caminar.
- Grado II: desgarro o rotura parcial de fibras. Además de dolor, también causa hinchazón e inestabilidad articular leve pudiendo caminar de puntillas.
- Grado III: desgarro o rotura total que puede afectar también a las zonas de inserción óseas. Provoca un dolor fuerte, inflamación y laxitud de la articulación (sensación de que el pie está ‘suelto’). A veces puede no existir dolor por rotura de terminaciones nerviosas y no permite apoyar el pie.
¿Por qué se producen y a quién suele afectar?
Anteriormente hemos comentado que los esguinces suelen producirse por un trauma, es decir, un golpe o mal movimiento que afecta al pie y lesiona el ligamento. Así mismo, podemos sufrir un esguince de tobillo simplemente resbalando, subiendo escaleras, caminando o corriendo por superficies irregulares, realizando nuestra actividad laboral o practicando deportes que requieran correr, saltar o cambiar de dirección.
En cuanto a los perfiles a quien más suele afectar, habitualmente son jóvenes de entre 21 y 30 años, deportistas jóvenes y adultos, y personas que ya han sufrido esguinces previamente (la posibilidad de volver a sufrir un esguince es del 75% de los casos).
Para poder diagnosticar y tratar este tipo de patologías tan comunes, en CECOTEN disponemos de una Consulta Especializada en Lesiones de Pie y Tobillo. De esta forma, nuestros especialistas realizan un diagnóstico preciso de las patologías de nuestros pacientes. Si lo deseas, puedes pedir cita con nosotros a través de este formulario o por teléfono en el 922 985 522. ¡Te esperamos!