Un grupo de investigadores tinerfeños, liderados por el Dr. Federico Díaz, Especialista en Reumatología en Cecoten, y jefe del servicio de Reumatología del Hospital Universitario de Canarias, está desarrollando una investigación cuya línea central es la de estudiar cómo se desarrolla el virus en nuestro organismo.
Para hablar sobre esta investigación, el doctor ha estado recientemente en Televisión Canaria y hoy os traemos todo lo que dijo el doctor sobre el estado actual de la investigación para que conozcáis de primera mano la investigación que está llevando a cabo junto a su equipo.
La respuesta de nuestro sistema inmunológico
La investigación del equipo del doctor Federico Díaz se basa en la utilización de dos fármacos que ya están en el mercado y que se utilizan como antihipertensivos, que son agonistas de los receptores adrenérgicos y que existen evidencias por investigaciones previas de que son capaces de evitar el acúmulo de células blancas en los focos inflamatorios.
El equipo ha realizado un estudio muy extenso en neutréfilos pero también existen evidencias de que puede funcionar con los monocitos, esas células que parece que juegan un papel muy importante en los pacientes con COVID-19 que desarrollan un cuadro muy severo (síndrome de hiperinflamación).
Como ya hemos dicho anteriormente, la línea central de esta investigación no es cómo ataca el virus a nuestro organismo, sino cómo se desarrolla en él. Todos los organismos pluricelulares tenemos un sistema inmunológico que nos permite luchar contra agentes como bacterias, hongos o células tumorales y reparar los tejidos dañados. Sin embargo, esto que normalmente es muy beneficioso, no lo es cuando hablamos de la COVID-19 ya que produce una severa destrucción pulmonar que provoca que el sistema inmune vaya con retraso y, cuando comienza a funcionar lo haga de una forma que puede llegar a empeorar el cuadro del paciente.
Con esta investigación, lo que se está intentando no es encontrar fármacos que bloqueen el virus, sino evitar de alguna manera que el sistema inmune provoque esos daños severos que, en algunos casos pueden acabar con la vida de los pacientes. Es decir, reducir la producción exagerada de glóbulos blancos que se generan en el sistema inmune cuando es atacado por el virus,
En los pacientes que se ponen muy malos, hay una respuesta inflamatoria muy exacerbada, un síndrome de hiperinflamación. En ella los monocitos tienen un papel muy importante ya que acuden al foco inflamatorio, en este caso al pulmón, con la buena intención de acabar con el virus, pero produciendo un estado inflamatorio tan importante que al final daña el propio pulmón.
Actualidad del coronavirus
Además de hablar de la investigación, el Dr. Díaz pudo también responder a algunas preguntas relacionadas con el estado actual del virus y cómo nos afecta o nos afectará en el futuro.
Pregunta. ¿Cómo serán los próximos meses para la población sin una vacuna ni tratamiento eficaz?
Respuesta. Creo que tenemos que cambiar nuestros hábitos de relación sin lugar a dudas. El distanciamiento social ha funcionado desde un punto de vista sanitario, pero no desde uno económico, por lo que tenemos que aprender a vivir de una forma diferente.
Mucha gente habla de que en octubre o noviembre llegará una segunda ola que yo creo que nos cogerá un poco más preparados. Simplemente debemos acostumbrarnos a usar mascarillas, a tener una relación con los demás más distante y luego poco a poco empezaremos a desarrollar fármacos que puestos con antelación pueden hacer que el cuadro no sea tan severo.
Hay una gran inversión para la vacuna, pero no es fácil de desarrollar. Llevamos desde los años 80 conviviendo con el VIH y aún no hay una vacuna. Sí que se han desarrollado fármacos que lo transforman en una enfermedad crónica pero no fármacos o vacunas que eviten que nos infectemos.
P. ¿Existe una garantía a día de hoy de que el virus vaya a tener una vacuna?
R. La tecnología cada día avanza más y más. Como dije, el VIH tiene un tratamiento que lo cronifica y, aunque una vacuna seria lo recomendable, no es imprescindible ahora mismo para manejar el VIH. Para el virus que nos ocupa, sería muy recomendable tenerla y creo que hay una cantidad de inversión de la industria farmacéutica enorme para sacarla para delante, pero nadie nos asegura que salga y funcione. Tenemos que luchar por esa incertidumbre,
P. ¿Un paciente que padezca COVID-19 tiene secuelas una vez se recupera?
R. Deja secuelas, sobre todo en los casos más severos. Secuelas pulmonares con pacientes que sufren fibrosis pulmonar porque la respuesta inmune si no está bien controlada lleva a la fibrosis. El pulmón necesita expandirse y al estar fibrosado disminuye su capacidad de intercambio de gases. También produce secuelas vasculares.
P. ¿Cómo afecta la temperatura al desarrollo del virus?
R. Es un virus respiratorio, y es muy probable que el calor le vaya peor que el frío. Sin embargo, esto no quiere decir que lo elimine y cuando venga la campaña de vacunación de la gripe es probable que esto tenga un repunte.
P. ¿Ayuda la hidroxicloroquina a tratar la COVID-19?
Conozco muchos médicos en Madrid donde este virus ha golpeado muy fuerte que han tomado hidroxicloroquina. No está basado en ninguna evidencia solida pero cuando no tienes nada te tienes que agarrar a algo. Entiendo que una persona con síntomas que puede utilizar ese medicamento lo utilice porque es que no hay otra cosa.
En Canarias, a todos los pacientes que han entrado por la puerta con sospechas de COVID se les ha administrado una dosis de hidroxicloroquina bastante elevada porque no hay otra evidencia de tratamiento.