Hacer ejercicio es la mejor opción para mantenernos sanos tanto física como mentalmente. Sin embargo, no todas las personas tenemos el mismo riesgo para sufrir una lesión. En función de la genética podemos ser más o menos propensos a sufrirlas.
Conocer esta información, así como tratar de tomar ciertas medidas preventivas básicas es esencial para evitar este tipo de lesiones y hacer ejercicio de forma más segura. ¡Sigue leyendo!
Por qué se producen las lesiones deportivas
El deporte es vital para cuidar la salud, pero como en todo, debemos hacerlo de forma concienciada y sin excesos para evitar el riesgo de tener lesiones que afecten a nuestro organismo. Y es que, en el último año, se ha visto incrementado el número de deportistas esporádicos que no cuentan con un buen asesoramiento y, como consecuencia de ello, sufren lesiones.
Ciertas lesiones ocurren de forma accidental, pero también existen otras que ocurren como resultado directo de malas prácticas. Éstas pueden ser:
- Lesiones deportivas agudas. Se caracterizan porque se dan de forma repentina. En este grupo estarían los comunes esguinces de tobillo, o las fracturas en piernas y manos.
- Lesiones deportivas crónicas. Aparecen de forma periódica y surgen tras la práctica continuada en el tiempo de un deporte.
Causas más comunes de lesión deportiva
- No calentar previamente a la realización del ejercicio.
- No usar un equipo apropiado.
- Entrenar de forma inadecuada.
- Sobreesfuerzo.
- Caídas.
Lesiones deportivas más frecuentes
- Lesiones musculares. La mayoría de estas lesiones se producen debido a un sobreesfuerzo, por traumatismo o movimientos forzados. Los más comunes son los calambres, las contracturas, las contusiones, las distensiones, los desgarros fibrilares o las roturas completas.
- Lesiones en tendones. Los tendones son las fibras conjuntivas que une los músculos a los huesos. Este grupo conforma distintos tipos de lesiones en los tendones como la tendinitis (inflamación del tendón) o tendinitis (dolor y alteración del tejido). Estas pueden deberse a varios motivos como, por ejemplo, el uso de calzado no apropiado o la repetición de movimientos inadecuados.
- Lesiones de ligamentos de la rodilla. Los ligamentos son el tejido fibroso que une los huesos entre sí. Cuando ocurre un desgarro o rotura de uno de los ligamentos, se produce una inflamación localizada con un dolor fuerte, además de una sensación de que la rodilla cede al ejercer presión sobre ella.
- Lesiones óseas. Las roturas de huesos debidas a impactos son frecuentes en la práctica de muchos deportes. En este grupo también se incluyen las lesiones provocadas por la sobrecarga, que puede inflamar el periostio (tejido que recubre el hueso) y terminar en rotura.
- Sinovitis. El líquido sinovial reduce la fricción entre los cartílagos y otros tejidos en las articulaciones para lubricarlas y amortiguarlas durante el movimiento. Se encuentra recubierto por la membrana sinovial, que es la capa de tejido conjuntivo que recubre una articulación, como puede ser el hombro o la cadera. El problema se da cuando esta membrana sufre un proceso de inflamación debido a un traumatismo deportivo. Los síntomas son sensación de calor en la zona, dolor e hinchazón.
- Bursitis. La bursa es una bolsa llena de líquido que sirve para mullir el hueso con las estructuras que lo rodean, como los tendones y los músculos. Cuando existen traumatismos o movimientos repetitivos en algunos deportes, puede darse dolor en la zona de la articulación afectada al presionar sobre ella o al moverla.
- Dolor lumbar. El dolor ubicado en la región lumbar es uno de los más frecuentes. Puede deberse a sobrecargas o a una mala condición física. Algunos deportes, como el atletismo, son más propensos a generar este tipo de lesión.
Cuando ocurre una lesión, lo mejor es que se evite practicar deporte durante este período ya que podría causar más daño y aumentar la gravedad. El tratamiento suele comenzar con el método RICE, por sus siglas en inglés, (reposo, hielo, compresión y elevación) para aliviar el dolor, reducir la inflamación y acelerar la curación.
Otros tratamientos incluyen analgésicos, inmovilización de la zona lesionada, rehabilitación y, en algunas ocasiones, cirugía.
¿Cómo prevenir lesiones deportivas?
Aunque en ocasiones es inevitable sufrir una lesión deportiva, sí que existen muchas medidas para poder reducirlas al máximo.
- Calentamiento. Preparar al cuerpo antes de hacer deporte es fundamental, ya que pasar de un estado de inactividad a un ejercicio intenso puede ocasionar lesiones. El calentamiento debe hacerse de forma gradual, trabajando los músculos de los más generales a los más específicos.
- Evitar el enfriamiento. El cuerpo también necesita ir saliendo gradualmente del ejercicio que estemos realizando. Se recomiendan unos 15 minutos de actividad suave antes de parar del todo.
- Estiramiento. Una vez finalizado el ejercicio, el músculo se activa y aumenta el tono muscular. Para volver a su estado habitual, se deben realizar estiramientos que normalicen el tono muscular, mejoren la circulación y prevenga la aparición de futuras lesiones.
- La hidratación es fundamental. El deporte genera pérdida de líquidos y calorías. Por ello, es imprescindible beber agua y aportar a nuestro organismo los nutrientes necesarios.
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